El símbolo de la flor de la vida ha sido venerado por las culturas en todo el mundo a lo largo de la historia como un símbolo de la esencia de la vida. Los patrones geométricos y estructuras que contiene se llevan a cabo para ser una fuente constante de vida y han facilitado diversos diseños en todo el cosmos. Las distancias entre las estrellas, lunas y planetas, las proporciones del cuerpo humano, los arreglos del cono del pino y otras configuraciones biológicas, todos reflejan los orígenes en la imagen divina de la Flor de la Vida. Utilizar la imagen de la Flor de la Vida en meditaciones, activa las energías positivas y fomenta en nosotros la concentración, la orientación de voluntad, el equilibrio, la tranquilidad, el agradecimiento y la sanación.
Un ejercicio simple consiste en la observación de la imagen de este símbolo, acompañado por respiraciones profundas. Esto puede funcionar como una rápida limpieza de nuestro campo energético o aura.
Sin embargo, esta meditación debe realizarse por cortos períodos de tiempo y sin olvidar la respiración, dado que la intensa energía, que emana la Flor de la Vida, puede generar migrañas, si no estamos acostumbrados.
La Flor de la Vida es uno de los vehículos utilizados para alcanzar el Merkaba, entendido como el estado de conciencia superior, al cual accedemos aplicando la Geometría Sagrada.
Podemos encontrar referencias a la Flor de la Vida en el diseño de edificios religiosos, las artes, la astrología, la psicología, la metafísica e incluso la biología, dado el notable parecido de este patrón con la división celular embrionaria. La figura de la Flor de la Vida contiene las formas geométricas básicas y los 5 sólidos platónicos: cubo, tetraedro, octaedro, dodecaedro e icosaedro. En la Geometría Sagrada, su creación fluye a través de las formas Vésica Piscis, Semilla y Huevo de la Vida.
Es la guardiana de los registros akáshicos , simbolizando que en esta red de la vida todos los que chocamos en un punto común de la vida estamos cumpliendo un acuerdo de Almas realizado antes de estar en el plano físico para ayudarnos a trascender ? lo sabias ...
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Sin embargo, esta meditación debe realizarse por cortos períodos de tiempo y sin olvidar la respiración, dado que la intensa energía, que emana la Flor de la Vida, puede generar migrañas, si no estamos acostumbrados.
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Podemos encontrar referencias a la Flor de la Vida en el diseño de edificios religiosos, las artes, la astrología, la psicología, la metafísica e incluso la biología, dado el notable parecido de este patrón con la división celular embrionaria. La figura de la Flor de la Vida contiene las formas geométricas básicas y los 5 sólidos platónicos: cubo, tetraedro, octaedro, dodecaedro e icosaedro. En la Geometría Sagrada, su creación fluye a través de las formas Vésica Piscis, Semilla y Huevo de la Vida.
Es la guardiana de los registros akáshicos , simbolizando que en esta red de la vida todos los que chocamos en un punto común de la vida estamos cumpliendo un acuerdo de Almas realizado antes de estar en el plano físico para ayudarnos a trascender ? lo sabias ...
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